Es Santa Isabel de las Lajas, municipio cienfueguero con nombre de origen hispano relacionado con algunas características de su suelo —las lajas, o sea, las piedras—, voz derivada del latín y de una personalidad religiosa, Santa Isabel, tierra inmortalizada en canción por su hijo ilustre Benny Moré, el Bárbaro del Ritmo. Se ubica allí el Casino o Cabildo de los Congos, templo donde se practica la religión bantú, una de las de más arraigo entre las creencias africanas y la de mayor presencia entre quienes vivieron y sufrieron el flagelo de la esclavitud.
Célebre por la cercanía que tuvo el Sonero Mayor con el lugar, fue el sitio donde el pequeño Bartolomé aprendió a sacar música de sus tambores, a la prematura edad de cinco años.
Anclado en el barrio La Guinea, donde vivió y creció el músico cubano, tiene lugar el Toque de Makuta o la Ceremonia de Bailar la Bandera, única de su tipo en Cuba, en la cual el abanderado se mueve por cada una de las puertas y ventanas del Cabildo para ahuyentar los malos espíritus, y se rocía el acto con aguardiente de caña de azúcar, todo el tiempo con el sonido arrancado al cuero de los tambores makuta, los mismos con los que aprendió a sacar música Bartolomé Maximiliano Moré, el Benny.
María Elaine Hernández Sosa es la líder del proyecto Tradición e Identidad: Barrio La Guinea. “Esta institución religiosa-cultural data de 1886, y tiene que ver con la abolición definitiva de la esclavitud en Cuba. Aquí los esclavos de la dotación de Don Tomás Terry, quienes pertenecían al ingenio que hoy conocemos como Ciudad Caracas, realizaban sus ritos traídos desde África, y esa práctica pasó de generación en generación. Creado en 1998, el proyecto tiene ya más de 20 años de fundado, y persigue como fin, la continuidad de la tradición.

“La persona más joven vinculada a las ceremonias y ritos del Casino de los Congos, en 1998, tenía 83 años, ¿te imaginas? Lo primero que hicimos fue incorporar a las familias al grupo folclórico devenido del proyecto, con el fin de que esa tradición no muera. Y ya creo que podemos ver los frutos en las nuevas generaciones que se incorporan y enriquecen la tradición, que es cultura, folclor e idiosincrasia”, nos dice María Elaine y se apresura a incorporarse, pues en unos instantes comienza la ceremonia que ella misma dirige.
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