Por: Zulariam Pérez Martí
28 de febrero del 2008
La compañía Mefisto Teatro demostró lo impresionante que es una obra artística cuando mezcla en sí misma música, actuación y danza. Más allá de movimientos corporales, la puesta en escena de “Cabaret”, bajo la dirección de Tony Díaz, complació los anhelos del público de ver un espectáculo colmado de profesionalidad y elegancia.
Por primera vez, a las tablas del teatro Tomás Terry sube una adaptación del famoso “Cabaret”, escrito por el británico Christopher Ishenwood, el cual narra historias de la Alemania fascista. Aunque en esta ocasión es interpretada y dirigida por actores y dramaturgos cubanos.
“Es una propuesta soñada por muchos. Y desde que comenzamos los ensayos de la obra siempre lo vimos como un impulso al teatro musical de Cuba. La hemos presentado en cinco provincias como un preestreno, que concluirá con la premiere en La Habana, el 27 de marzo”, asegura David Guerra, quien realizó la versión dramatúrgica de la pieza.
Al decir de David, la puesta en escena consta de 18 coreografías, las cuales fueron montadas por el Premio Nacional de Danza, Iván Tenorio. “Todos tenemos que bailar, cantar y actuar. Esa es la parte más exigente de la obra, porque requiere ser integrales. La suerte es que contamos con la asistencia de profesionales como Pura Ortiz, Gladis Puig y otros.
“No tratamos de reproducir la idea de Christopher Ishenwood, más bien la adecuamos a la contemporaneidad. Refleja fenómenos que aún persisten, como el exilio, la lucha por resistir en tu país pese a todo y la influencia del contexto social en las relaciones amorosas”, manifiesta el actor David Guerra.
El clásico “Cabaret” que en más de una ocasión ha recorrido ilustres teatros y sets de filmación de todo el mundo, también hizo historia en el coliseo sureño, pero lejos de intereses comerciales y clichés culturales. Entre los elementos que más resaltan a la luz de los espectadores están el excepcional diseño de vestuario, exclusivo para la puesta en escena, y la maestría con que los actores supieron desarrollar cada una de las coreografías.
Dentro del repertorio del reconocido proyecto figuran Vientos de Cuaresma, Contradanza, Escándalo en la trapa y Los siete contra Tebas, esta última basada en el texto homónimo de Antón Arrufat, a la venta durante la XVII Feria Internacional del Libro Cuba 2008, casualmente dedicada a ese autor y a la intelectual Graziella Pogolotti.
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