En tiempos prehistóricos el árbol de Jagua fue considerado sagrado porque de sus frutos salió Jagua, madre de las primeras mujeres que poblaron la Tierra y deidad que dictó las leyes de los hombres.
Cienfuegos, la Perla del Sur, que goza de auténticas leyendas aborígenes y la exclusividad de haber sido fundada por franceses hace 190 años mantiene la planta de la Jagua entre uno de los símbolos de identidad.
De acuerdo con las tradiciones de los indios de Jagua, esta fue la deidad que les enseñó las artes de la pesca, la caza y la agricultura, y su nombre, según el historiador Pablo L. Rousseau, significaba para aquellos, principio, fuente, origen o riqueza.
Según la mitología aborigen, Jagua era la hija de Maroya, Luna, y de su unión con Caonao, hijo segundo de Hamao y Guanaroca, nacieron todas las mujeres, mientras que estos últimos procrearon a todos los hombres.
Estos hombres y mujeres dieron lugar a la formación de los pobladores de Jagua. Jagua era también el nombre aborigen de la región cienfueguera y lo es el de un árbol indígena muy abundante siglos atrás, pero escaso hoy debido a las desmedidas deforestaciones.
Por el Aniversario 190 de la fundación de la antigua colonia española acometen la construcción del “Bosque La Jagua” de igual número de plantas en el Consejo Popular Reina, cercano al parque José Martí donde existe un ejemplar adulto, entre otras acciones de rescate de este valor patrimonial, insertado en el quehacer cultural y científico de Cienfuegos.
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