Angola y la bantuidad cubana

Angola y la bantuidad cubana

A la República de Angola está dedicada la XXII Feria Internacional del Libro. Angola es un país situado en el suroeste de África. Limita con Namibia, la República Democrática del Congo, Zambia y el océano Atlántico. El enclave y provincia angoleña  de Cabinda tiene fronteras al norte con la República del Congo, estando rodeada al este y sur por la República Democrática del Congo. Fue una antigua colonia portuguesa. La capital del país es Luanda (aprox. 7 mill. de hab.). Esta nación posee recursos naturales considerables, entre los que se destacan el petróleo, el gas y los diamantes, así como apreciables yacimientos de cobre, manganeso, oro, mármol, granito negro, cuarzo y fosfato. Su sistema de gobierno es la democracia multipartidista, con un régimen fuertemente presidencialista.

Idioma oficial:            Portugués
Se hablan también 40 lenguas africanas, de ellas 36 bantúes correspondientes a las zonas H10, H20, H30; R10, R20, R30; K10, K30; L10, L50 (según la clasificación de Malcolm Guthrie 1967/71) y 4 de la familia de lenguas Khoisan.  Algunos idiomas bantúes son reconocidos como nacionales: el umbundu, el kimbundu, el kikongo, el chokwe, el nganguela y el kwanyama.
Gentilicio:                     Angoleño, -a
Forma de gobierno:                 República presidencialista
Presidente:                     José Eduardo dos Santos
Fecha de Independencia (de Portugal):    11 de noviembre de 1975
Superficie:                     1 246 700 km²
Población total:                 17 747 679 hab. (2010)
Densidad                     14,2 hab/km²
Miembro de:                     ONU, UA (Unidad Africana), CPLP                             (Comunidad de Países de Lengua                                 Portuguesa), OPEP (Organización de Países                         Exportadores de Petróleo)

Los habitantes originales de la actual Angola fueron los bosquimanos y los hotentotes, cazadores y recolectores que hablaban (y hablan aún) lenguas de la familia Khoisan. Eran pueblos nómadas y su hábitat se extendía por una gran área del África austral. Con la expansión de los pueblos bantúes, que alcanzaron el actual territorio de Angola a partir del siglo xiii, los san (bosquimanos) y los khoi-khoi (hotentotes) fueron absorbidos por los primeros (los bantúes) o se dispersaron en dirección sur. Algunos grupos reducidos (de khoi-san) aún se encuentran en el extremo meridional del país; otros pueden ser localizados al norte de Botsuana y de Namibia y algunos habitan regiones apartadas de Zambia, Zimbabue y la República Sudafricana.
Los bantúes eran pueblos agricultores, recolectores y cazadores que probablemente comenzaron sus migraciones desde la selva húmeda (portadores de la cultura de  Nok), en lo que hoy es la frontera entre Nigeria y Camerún. Su expansión se llevó a cabo mediante comunidades pequeñas, que se reubicaron en respuesta a circunstancias ecológicas, económicas o políticas. Eran pueblos que ya dominaban el uso del hierro. En Angola se asentaron diez grupos etno-lingüísticos de oriundez bantú: los bakongo (prov. de Cabinda, Zaire y Uige), los ambundu (prov. de Luanda, Bengo, Kwanza Norte, Kwanza Sul, Malanje y oeste de Lunda Norte), los umbundu (Benguela, Huambo, regiones de las prov. de Kwanza Sul, Bie, Huila, norte de Namibe y de Kunene), los holu o pende (rivera sur del río Kwango, al norte de las provincias de Malanje y Lunda Norte, en la frontera con la RDC), los lunda (mitad oriental de la prov. de Moxico), los yaka (noreste de Lunda Norte y este de Lunda Sul), los herero (Namibe y oeste de Kunene), los ovambo o kuanyama (este de Kunene y sur de Kuando Kubango), los chokwe-luchazi (Lunda Sul y Lunda Norte, parte Moxico, norte de Kuando Kubango y este de Bie) y los luyana (borde sudoriental de la frontera con Namibia).
He hecho referencia un tanto detallada a las etnias bantúes, porque algunos grupos etnolingüísticos de esa oriundez (específicamente los bakongo y los ambundu) influenciaron o contribuyeron de manera notable en el etnos que hoy conforma nuestra nacionalidad y el muntu (‘ser humano’) afrocaribeño en general.

La música
La presencia africana, y particularmente la bantú, ha dejado huellas profundas en las culturas latinoamericanas a través de la música, tanto desde el punto de vista de los ritmos (géneros) como organológico (el instrumental). Música profana y ritual, música popular y culta marcadas por la africanidad se ejecutan en todo el Caribe. Casi todos los géneros más escuchados, cantados y bailados en América tienen su raíz en las tradiciones de las comunidades africanas que llegaron al continente desde el siglo xvi. A través de fascinantes procesos de mezcla, apropiación y comercialización, varios se han convertido también en símbolos nacionales, como la samba brasileña o el merengue en la República Dominicana. Todos estos ritmos dan testimonio de la vida cotidiana, las ilusiones y los sentires de diversos grupos y generaciones. Muchos siguen vivos y continúan explorando nuevas posibilidades con cada generación.
Del protobantú imba  (kikongo yimba, kimbundu yemba ‘cantar’) se derivan los nombres de muchos géneros e instrumentos musicales afrocaribeños.

Ejemplos:

Rumba, mambo, cumbia, samba, bamba, yambú, columbia, bomba, timba, timbales, tumba, marimba, marímbula, kalimba.

También de origen bantú, pero no de la lexía imba, son otras voces que designan instrumentos musicales como ngoma, cuica, bongó.

A continuación se ejemplifica también con diferentes géneros musicales afrocaribeños, donde se tiene en cuenta el país principal donde se produce. Por supuesto, no todos los nombres de estos ritmos provienen del protobantú imba, pero su oriundez africana (por lo menos organológica, en algunos casos y rítmico-melódica, en otros) es evidente:

Cuba:
Complejo de la rumba (el guaguancó, la columbia y el yambú), complejo del palo (el maní, la yuka y la makuta), la conga, el mambo, el son montuno, la salsa, etcétera
Haití:
El kompa
Rep. Dominicana:
El merengue y la bachata
Puerto Rico:
La bomba y la plena
Jamaica, Trinidad y Tobago y otras islas caribeñas anglófonas:
El calipso, la soca, el mento, el ska, el reggae y el dub
Guadalupe, Martinica, y algunos países luso parlantes de África (Angola, Cabo Verde y Mozambique
El zouk (kizomba, en Angola)
Colombia
En el Chocó y la costa del Pacífico: la chirimía, la marimba, el macurele y el currulao; en el Caribe continental: la cumbia, el porro, el fandango, el vallenato, la champeta y el bullerengue; en las islas de San Andrés y Providencia: el calipso
Panamá
La cumbia y el tamborito
Belice, Guatemala y Honduras
La punta garífuna (de los afrodescendientes de Centroamérica, los llamados caribes negros)
Brasil
La samba
Sur de Estados Unidos
El blues y el jazz

Los bakongo
Por la trascendencia que tuvieron en la formación de nuestra nacionalidad, tanto desde el punto de vista etno-lingüístico, etno-religioso y cultural en general, me voy a referir particularmente a los bakongo.
A través de los siglos xiii y xvii, se establecieron en el espacio de la Angola contemporánea una serie de reinos (más propiamente, confederaciones tribales), entre ellos figuran los del llamado Reino del Congo o Kongo dya Ntotila (más propiamente, confederación tribal de los bakongo o nsi ya bakongo): Mpemba o Mbanza Kongo, Mbamba, Mbata, Nsundi, Soyo y Mpangu y otras confederaciones independientes como Mayumba, Lwango, Kakongo y Ngoyo.
Estas mbanza o naciones se ubicaban al noroeste de la actual Angola, al oeste de la República Democrática del Congo y de la República del Congo, y el sur de Gabón. Estas comunidades socio-políticas caracterizadas por su unidad etno-histórica van a evidenciar su apogeo durante los siglos xiii al xvii. Y declinan a partir del 1665 cuando las tropas portuguesas, en la batalla de Ambuila, vencen a las fuerzas del Manicongo Antonio I del Congo.
La presencia masiva de etnias bakongo (y en menor medida de ambundu) en Cuba se debió a la trata esclavista, específicamente durante las seis primeras décadas del siglo xix. Esto no quiere decir que anterior a esta época no hayan sido introducidos esclavos bakongo y ambundu en la isla caribeña, pero, por supuesto, en proporciones mucho menores y en asentamientos dispersos. La motivación para esta introducción masiva, tardía e ilegal (en 1820 había entrado en vigor el convenio de supresión de la trata establecido entre España e Inglaterra) fue el boom de la industria azucarera entre 1830 y 1865; lo que hacía imprescindible la necesidad de mano de obra esclava, principalmente en las colonias españolas del Caribe y la portuguesa Brasil, naciones que asumirían la producción de azúcar después que la revolución haitiana dejó a Saint Domingue sin capacidad productiva alguna.

La Regla de Palo Monte
La importancia de la presencia de los bakongo en la Isla se proyecta en una entidad cultual y cultural de un arraigo significativo en los sistemas de creencias afrocubanos: La Regla Conga o Regla de Palo Monte.
El lingüista español Germán de Granda, los norteamericanos Armin Schwegler y Constanza Rojas-Primus y el etnólogo y lingüista cubano Jesús Fuentes Guerra, han dedicado un espacio importante de sus obras a demostrar la teoría monogenética sobre el origen del Palo Monte; es decir que la matriz étnica, lingüística y cultual de esta religión está en el Bajo Congo, y fueron los bakongo quienes aportaron un contenido substancial en la cristalización del credo. Así pues la tesis de una oriundez multiétnica africana que sostienen muchos folcloristas y etnólogos cubanos considero que es insostenible. Esto lo he demostrado partiendo de tres criterios puntuales: (1) la lingüística interna (estudio de la lingua sacra del palero),  (2) mis estudios comparados sobre la ritualidad palera (en Cuba) y el credo de los bakongo (en Angola) y (3) la lingüística externa o etnolingüística y la etnografía de la comunicación (que me ha permitido estudiar las distintas variantes que se dan en grupos humanos separados por ciertas variables sociales, como por ejemplo, la procedencia o pertenencia étnica).
En el ensayo Lengua y ritos del Palo Monte Mayombe (dioses cubanos y sus fuentes africanas) de Fuentes/ Schwegler (2005) se citan los principales textos que estudian esta religión afrocubana, se reseñan ampliamente las características de la Regla Conga y, al mismo tiempo, se alude a las tres ramas en que se divide el credo: la Regla Mayombe, la Regla Briyumba, también deletreada Vriyumba y la Regla Kimbisa. Aquí solo me limitaré a mencionar los componentes esenciales del Palo cubano:

(1) Presencia de un receptáculo mágico llamado (en)nganga [<kik. nganga ‘curandero, adivino, experto en’], prenda, (en)kisi [<kik. nkisi ‘fetiche’], fundamento, caldero, entre otras denominaciones, que contiene diferentes sustancias –igualmente consideradas mágicas de origen vegetal, mineral y animal, así como restos humanos (huesos)

(2) Creencias en entidades espirituales (e)mpungos o (e)nkitas [<kik. mpungu ‘seres supremos’; <kik. nkita ‘espíritus-fetiches’]

(3) Realización de ceremonias de iniciación y rituales de cumplimientos

(4) Toques, bailes y cantos para propiciar la acción de los “muertos” u otras entidades

(5) Sacrificios de animales relacionados con sus creencias animistas

(6) Ofrendas de comidas y bebidas

(7) Utilización de la residencia del “padrino” (tata nganga) o de la madrina (ngudi nganga) como espacio de consulta o casa templo

(8) Creencias en un Supremo Hacedor, Sambia Empungo [<kik. Nzambi a Mpungu ‘Ser Supremo’] en su condición de deus otiosus

El kikongo
La “lengua” de los paleros o practicantes de la Regla de Palo Monte, también llamados ganguleros, mayomberos o tata nganga, es un habla que consta de tres elementos desiguales; a saber:

(1) el español (casi siempre en su modalidad popular e informal),

(2) bozalismo (= ‘español que supuestamente imita el habla “deformada” de los esclavos’)

(3) glosolalia africana

En esta glosolalia entran infinidad de voces y expresiones bantúes y algunos bantuismos putativos que muchos autores cubanos (Cabrera, Díaz Fabelo, Bolívar/ González, entre otros) han confundido con palabras africanas.
La mayoría de los investigadores (González Huget/ René Baudry 1967: 199, Cabrera 1979: 21, Perl 1980: 85, Barnet 1983: 85, Castellanos/ Castellanos 1987: 101, Díaz Fabelo 1998: 15-16) han considerado siempre el código palero como un producto multilingüe. Es decir que varios idiomas bantúes concurren en la formación de las palabras y expresiones que componen este sistema de comunicación, el cual no se limita a ser una lingua sacra (como lo es el lucumí y el arará), sino que sus actos del habla van más allá de lo ritual. En la Regla Conga el tata nganga, además de dirigirse a sus deidades en su “lengua”, intercambia saludos, mensajes, mandatos, etcétera, con los demás practicantes.
Por otra parte, en Granda (1973 y 1988), Schwegler (1998 y 2002), Fuentes Guerra (2002 y 2006), Fuentes/ Schwegler (2005), Rojas Primus (2009) y Schwegler/ Rojas Primus (2010) se ha propuesto y demostrado que el sustrato palero es monogenético, una sola lengua bantú, el kikongo, constituye su base léxica africana.
La teoría del multilingüismo o mezcla de diversas lenguas bantúes en los remanentes del Palo Monte se basa en los dos siguientes argumentos:
(1) los practicantes, algunas veces, utilizan, al parecer, varias lexías africanas para un solo referente;
(2) el concepto “congo” en Cuba alude no solo a los bakongo y todos sus subgrupos étnicos, sino también a la “vasta área bantú”.

Los que defienden la línea monogenética (Granda, Schwegler, Rojas-Primus y Fuentes Guerra) argumentan que ambas consideraciones son engañosas, por las siguientes razones. En el primer caso se trata de:

(a) Una simple sinonimia kikongo; por ejemplo, los paleros tienen los términos masa, mamba, lango, enlango para esp. ‘agua’. Las cuatro voces se derivan del kik. masa (maza), mamba y nlangu. No son cuatro palabras en cuatro distintas lenguas bantúes. Lo mismo ocurre con pal. empuko, puko, puku, ipuko, jipuko, para esp. ‘ratón’; todas variantes fonéticas del kik. mpuku ‘roedor, rata, ratón’ (Laman 1964: 587) y no de muchos otros idiomas. Otro tanto sucede con pal. tango, tangu, entangu, entango, ntango, para esp. ‘sol’, todas derivadas del kik. ntangu ‘sol, tiempo, hora, momento preciso, reloj, etc.’ (Laman 1964: 787).  Decenas de ejemplos como estos abundan en casi todos los repertorios léxicos.

(b) Utilización de expresiones españolas (descripciones definidas), lexías y frases kikongo y expresiones mixtas español-kikongo para un mismo referente. Veamos las múltiples formas paleras para “cementerio”:

Plaza liria        <esp. ‘plaza de lirios’
Plaza lisia        <esp. ‘plaza lisa’
Casa grande        <esp. ídem
Quita peso        <esp. ídem

Bansa    <kik. mbanza ‘ciudad, villa, capital; cementerio’ (Laman 1964: 523)

Finda, emfinda    <kik. mfinda ‘selva, bosque; primera morada transitoria de los muertos’ (Laman 1964: 553)
Kunamfinda    <kik. kuna ‘hacia, de, procedente de’ (Laman 1964: 335) + <kik. mfinda ‘selva, bosque; primera morada transitoria de los muertos’ (Laman 1964: 553)
Kunansó fumbe    <kik. kuna ‘hacia, de, procedente de’(Laman 1964: 335) + <kik. nzo ‘casa’ (Laman 1964: 829) + <kik.mvumbi ‘cadáver, difunto’ (Laman 1964: 638)
Nso fuá    <kik. nzo ‘casa’ (Laman 1964: 829) + <kik. fwa ‘morir’(Laman 1964: 170)
Campo finda    <esp. campo + <kik. mfinda ‘selva, bosque; primera morada transitoria de los muertos’ (Laman 1964: 553)
Refiriéndose específicamente a estas voces, Díaz Fabelo (1998: 109) acota con desacierto lo siguiente: “la abundancia de nombres implica pluralidad de lenguas y pueblos africanos traídos a Cuba a trabajar”.
(c) Recurrencia al habla bozal con el propósito de africanizar el código. Por ejemplo:

Lo mimo tata nganga ta pedí licencia pa kuenda munanso ‘el mismo sacerdote pide permiso para entrar en la casa templo’.

Según los demás procedimientos típicos del bozalismo, es muy común la prenasalización de voces castellanas con otro objetivo africanizante:
nsaura        para         la sauras  (<esp. “las auras”)
ncuato        para        cuarto
nsuamo    para        el suamo  (<esp. “el amo”)
También se aprecia la pérdida de consonantes en sílabas trabadas para conformar la constitución silábica bantú, consonante + vocal:
mimo        por        mismo
uté        por        usted

En lo relacionado con el segundo aspecto (congo = bantú), muchos estudiosos de la afrocubanía han incurrido, con bastante frecuencia, en el error de considerar el concepto cubano “congo” como un designatum para un vasto referente bantú. Esa variedad de “naciones congas” o “congos de nación” como se decía antes en Cuba, representa, casi exclusivamente, la zona H de Guthrie, es decir, etnias parlantes de los idiomas kikongo (incluyendo el kiyaka) y kimbundu. Una excepción resultan los umbundos y los makuas (conocidos también como macuás) o mozambiques, clasificados como bantúes de las zonas R y P respectivamente.
Aquí transcribo algunas voces y expresiones paleras donde se evidencia el componente kikongo:
(1) Voces paleras con alto grado de transparencia en relación con la lengua-sustrato:
Masa ‘agua’, mamba ‘agua’, kanga ‘amarrar’, ndoki ‘brujo’, luto ‘cuchara’, mboma ‘culebra’, leka ‘dormir’, tufi ‘excremento’, bantu ‘gente’, mongo ‘loma’, nti ‘madera’, ngudi ‘madre’, nkento, mukento ‘mujer’, yembe ‘paloma’, mika ‘pelos’, mpuku ‘ratón’, ntotila ‘rey’, nganga ‘sacerdote’, menga ‘sangre’, mayene ‘senos’, ngoma ‘tambor’, ntoto ‘tierra’, matiti ‘hierba’, mayaka ‘yuca’, ndia ‘vísceras’.
(2) Voces paleras de origen kikongo con adaptación a la fonética hispánica (mediante epéntesis de vocal, mediante omisión la nasal inicial, cambio de timbre vocálico en posición final absoluta (e x i y o x u) y ensordecimiento de las consonantes (f o b x v; s x z):
emfumbe x mvumvi            ‘muerto’
ensambi x Nzambi            ‘Dios
empungo x mpungu            ‘fetiche poderoso, supremo’
malafo x malavu            ‘vino de palma’ (‘aguardiente de caña’, en palero)
ganga x nganga            ‘médico adivino (en África), receptáculo mágico                         (en Cuba)’
(3) Algunas expresiones (el palero recurre frecuentemente a una especie de bozalismo sustratal)
Kindiambo kuenda munanso?     (¿Quién viene a la casa-templo?)
→ Nki ndimbu kwenda muna nzo? (¿Por qué motivos va a casa?)
Mono va ndoki             (voy a hacer brujería)
Yakala di ndoki             (hombre malvado, brujo)
Abre kuto, wiri ndinga         (Presta atención que voy hablar)

En mi ensayo Nzila ya mpika (la ruta del esclavo) etimologizo 61 bantuismos (la mayoría de oriundez kikongo, que están presentes en el reservorio del español coloquial hablado en Cuba. Aquí presento una pequeña muestra:
Ampanga (ser de …), bemba, bilongo, burumba (se formó tremenda …), candanga (se armó tremenda …), candonga, fuácata (estar en …), guara (tener …), linga (dar…), sánsara (dar …), tufo, yaya (ser una …), etcétera
Sobre las raíces africanas (y específicamente bantú) en el Caribe queda mucho por abordar:
(a) La música (como ya vimos)
Tanto desde el punto de vista de los ritmos (géneros) como organológico (los instrumentos). Música profana y ritual, música popular y culta marcada por la africanidad se ejecuta en todo el Caribe. Casi todos los géneros más escuchados, cantados y bailados en América tienen su raíz en las tradiciones de las comunidades africanas que llegaron al continente desde el siglo xvi.
(b) Las lenguas criollas (los criollos atlánticos ingleses, los criollos atlánticos franceses, los criollos atlánticos portugueses, el criollo atlántico holandés (negerhollands de Islas Vírgenes) y el criollo atlántico español (el palenquero).
(c) Las artes plásticas
Ejemplos: el cubismo y el arte naif.
(d) La literatura
Tanto la escrita en las lenguas oficiales (español, francés, inglés, portugués), como la compuesta en lenguas criollas (créole, patois, papiamento, etcétera)
Hay que hablar también sobre la literatura costumbrista del siglo xix, de la poesía negra (Nicolás Guillén, Luis Pales Matos, Emilio Ballagas, Zacarías Tallet, Marcelino Arozarena, Ramón Guirao) y la literatura de la negritud de los años treinta (Aimé Césaire), de la narrativa y la literatura testimonial de principios y mediados del siglo pasado (Lydia Cabrera, Carpentier, Miguel Barnet, Rómulo Lachatañeré), de la poesía, narrativa, teatro y ensayística del Caribe anglófono y francófono, así como las manifestaciones literarias de tierra firme.

(Ponencia desarrollada como parte del Programa Profesional en la Biblioteca Provincial Roberto García Valdés
Por: Jesús Fuentes Guerra)

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