Ciento veinte años se cumplen este 26 de diciembre del nacimiento de Alejo Carpentier, considerado por la crítica no solo uno de los principales exponentes de la literatura latinoamericana, sino uno de los mejores novelistas del siglo XX merecedor, entre otros altos reconocimientos, del Premio Miguel de Cervantes en 1977.
Así ha trascendido básicamente su impronta en la cultura universal: como el gran escritor que fue, uno de los iniciadores de lo que se ha dado en llamar el “boom” de las letras en esta parte del mundo y quien alcanzó a conceptualizar el fenómeno de lo “real maravilloso” americano.
Sin embargo, la obra carpenteriana, extensa también en el quehacer periodístico, abarca otros ámbitos de la creación artística como en la música, la radio, la televisión, las artes visuales y el cine, no sólo mediante el ejercicio del criterio en numerosas publicaciones, sino como autor incluso de guiones radiales y libretos para óperas y cantatas.
Tras sus aportes literarios en diversos géneros, la labor que desempeñó como musicólogo es de las más conocidas y también relevantes, con investigaciones que tomaron cuerpo en su libro La música en Cuba (1946), tenido por varios estudiosos como el primer tratado de la historia de dicha expresión artística en la Mayor de las Antillas.
En su incursión en este campo, estuvo centrado precisamente el panel que en días pasados sesionó en Casa de las Américas como homenaje a Alejo Carpentier en el nuevo aniversario de su nacimiento, uno de los tantos tributos que, a propósito de la efeméride que hoy recordamos, han tenido lugar dentro y fuera de Cuba.
En el ensayo La ciudad de las columnas, realiza un recorrido arquitectónico por La Habana.
No obstante, fue también la arquitectura, disciplina en la que al igual que en la música cursó estudios, objeto de profusos análisis para este intelectual a cuya pluma debemos La ciudad de las columnas (1970), ensayo en el que realiza un recorrido arquitectónico por La Habana y a cuyo título se debe el modo en que también es nombrada la capital cubana.
Necesario es recordar sus contribuciones como vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura, Director Ejecutivo de la Editorial Nacional de Cuba, profesor de la Universidad de la Habana, Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y diplomático, todo lo cual simultaneó con su ejercicio literario hasta el fin de sus días.
El carácter universal y trascendente de su obra, hacen de Alejo Carpentier uno de los imprescindibles para nuestra cultura, un renacentista del siglo XX.