Abrakadabra lo hizo otra vez. Vida reunió a madres, padres, hijos, abuelas…, a la familia cienfueguera en general; esa que ávida de un espectáculo por niños y para los niños colmó la sala principal del teatro Tomás Terry, el coliseo mayor de esta ciudad.
Lo que auguraba convertirse en una excelente propuesta, devino una función inusual. La confluencia del vestuario, la escenografía, la calidad vocal y actoral del elenco, así como la música y los diferentes elementos danzarios que apoyaron la puesta en escena, atrapó la atención del público desde que el telón dejó ver las luces iniciales de esta presentación sin par.
“Preparar este espectáculo fue un proceso arduo para todo el equipo; pero siempre tuvimos la esperanza y la fe que todo saldría bien, de que los niños nos iban a regalar su arte si nosotros los ayudábamos. Siempre confiamos en que lo harían con excelencia y así fue”, expresó Roberto Novo, director general de la compañía de teatro musical infantil.
“El estreno no podía ser en otro lugar que en Cienfuegos, donde está nuestro mejor público”, añadió.
La obra del escritor cubano Onelio Jorge Cardoso volvió a inspirar los textos de César Alain González para Abrakadabra, antes lo había recreado en la obra El Misterio de Fantasía con los personajes de las leyendas cubanas. Ahora con Vida llevó a las tablas a una comunidad de insectos que encuentra su seguridad lejos de los hombres y otros animales, en un lugar entre árboles y flores, basado en El canto de la Cigarra (1981), una de las historias más conocidas de nuestro “Cuentero Mayor”.
“La génesis de todo esto nace de los propios integrantes del grupo”, explicó César. “Es muy difícil compartir la vida diaria con los niños y mucho más en la situación actual, después del horario escolar estar hasta la noche todos los días. El sacrificio de los padres, de Dustin desde España y del equipo de dirección fue grande. A Cienfuegos le debemos cosas como estas, el respeto a los que nos aplauden está por encima de todo y a eso nos entregamos”, subrayó el guionista.
La orquestación, la dirección musical, los arreglos y la originalidad de las canciones, de Roberto Novo y Dustin Polo, constituyeron un aspecto distintivo de la puesta, al igual que la incondicionalidad y experiencia de Eliécer Casares, como director artístico; las coreografías de Meydi Rodríguez y la asistencia actoral de Dunia Villafaña.
Rubén Darío Salazar y Zenén Calero: maestros de Vida
Un privilegio para Abrakadabra fue contar con la asesoría y talento de los Premios Nacionales de Teatro, Rubén Darío Salazar (asesor de arte) y Zenén Calero (diseñador), quienes aportaron su vasta experiencia y sensibilidad para enriquecer la propuesta escénica.
“Tal estreno es el resultado de evolucionar con los pies puestos sobre la tierra a la hora de otorgar valores, de hablar de una cultura de paz en un espectáculo, de dejar la vulgaridad y de lo que no hace falta que la infancia tenga. La infancia necesita belleza, espiritualidad, color y optimismo, todo eso lo ha demostrado la compañía en sus casi 20 años de creada”, afirmó el fundador y director general del Teatro de Las Estaciones.
Por su parte, Zenén declaró: “El trabajo del teatro es arte colectivo y una de las cosas fundamental es la visualidad; una de los principales elementos que atrae la atención del público. Un espectáculo protagonizado por niños, con esta intensidad, trabajo exquisito, de cuidado de familiares y del grupo en su totalidad, siempre te arrastra a involucrarte con todo lo que haya que hacer”.
“Fueron innumerables las llamadas telefónicas que desde la distancia realizamos con las costureras, zapateros… Junto a ellos trabajamos incansablemente con todo el amor del mundo para lograr el resultado final y sentir la magia que tienen los niños y su contagiosa intensidad. También es relevante que los infantes aprendan la armonía de color del escenario, aunque no sean diseñadores o artistas de las artes plásticas, siempre que miren lo bello con buen gusto”, agregó Calero.
Corazón Feliz y Abrakadabra
Corazón Feliz es una red que propone un espacio donde pueden confluir personas y proyectos que trabajan para la niñez y por una Cultura de paz. Desde hace un tiempo, Abrakadabra participa cada año en el Encuentro Internacional de la Canción para Niños y Niñas, coordinado por la cantautora cubana Rochy Ameneiro, invitada también al estreno.
“Conocimos de Abrakadabra, por primera vez, en una nominación de los Cubadiscos y desde ese entonces llegaron a Corazón Feliz. Agradezco la invitación para estar acá, donde he visto el resultado de un trabajo en familia. Solamente que ellos hayan podido contar con Rubén Darío y Zenén, es todo un honor. Los esperamos en la capital, en la próxima edición de Corazón Feliz y estamos seguros de que nuestro público los va a recibir con mucho cariño”, compartió a la prensa, Rochy Ameneiro.
“Nuestra plataforma apuesta por un trabajo depurado para las infancias, donde los temas de cultura de paz sean visibles y donde empecemos a rescatar todo lo bueno y valioso que existe para las infancias. Qué aquí haya una obra de Onelio Jorge Cardoso, qué se cante una canción de Silvio Rodríguez y de Teresita Fernández, no es una casualidad, eso es una labor realizada con tiempo y bien pensada”.
Finalmente, dijo “vale la pena que nuestros pequeños no se conformen con los teléfonos, sino que sea con lo que reciben a través de proyectos como este y ojalá existan muchas Abrakadabras por toda Cuba.
Dos funciones en el “Terry” no son suficientes para los seguidores de la agrupación infantil, pues algunas familias no pudieron acceder porque las capacidades ya estaban agotadas. Ojalá y Abrakadabra regrese nuevamente al coliseo mayor para demostrar la calidad de este, su más reciente estreno que es Vida.




