A la olvidada memoria de Don José María Cienfuegos

Mientras las calles se desperezan bajo el distinguido andar, el Conde de Alba renuncia al límite de sus expectativas ante la tan mencionada ciudad. La disfruta, la comprende y reconoce en los detalles la empolvada huella de sus ancestros, a quienes la muy referida singularidad francesa parece privar de todo mérito.

 

Pues sí, créalo: hace apenas una semana visitó Cienfuegos el ilustrísimo señor Don Manuel Rodríguez de Maribona y Dávila, Conde de Alba del Principado de Asturias. Patrono de la Fundación Foro Jovellanos, historiador y escritor, el distinguido visitante recorría por vez primera esta urbe, convertida en pieza ineludible de recientes y futuras investigaciones.

“Me reciben con cierta sorpresa, admiración, curiosidad y no existe tal relevancia: en España mantenemos los títulos nobiliarios por cuestiones de familia, de historia, solo que controlados por el Estado. No implican privilegio alguno y encima cuestan dinero, pues debemos pagar un impuesto. También en Cuba, en su momento, existió una relación de ellos…

“Esta ciudad es maravillosa, la verdad. Ya tenía idea cuando anduve buscando por Internet, pero me sorprendió muy agradablemente: el casco antiguo cuidadísimo, impecable; un planteamiento muy racional… Y si bien lo atribuyen a la influencia francesa, no lo es tanto: yo la comparo con otras ciudades españolas, como Ponce, en Puerto Rico, donde igual destacan las casas bajas, calles rectas y la llaman, por demás, la Perla del Sur de ese país. Quizás por ahí anda la coincidencia para este tipo de construcciones.

“(…) Atendiendo a que nuestro digno general José Cienfuegos ha sido autor y protector de tan útil establecimiento, solicito de VM (Vuestra Majestad) se titule al pueblo situado en el barrio de su nombre Villa de Cienfuegos (…)”.

Teniente coronel Don Luis De Clouet

Informe a Fernando VII en las Cortes Españolas, 1823

“Se habla mucho de la presencia gala y omiten el crédito a la española, determinante en los orígenes: como en otros núcleos poblacionales, aquí se fundó una ciudad aplicando la legislación novedosa de José María Cienfuegos- Jovellanos durante su etapa como Capitán General de la Isla (1816 -1819). Son méritos prácticamente desconocidos, con más trascendencia en una época donde enviaban militares de carrera a Cuba, sin la mentalidad humanística de dicha personalidad.

“Muchas de dichas medidas respondieron a la influencia de su tío Gaspar Melchor de Jovellanos, importante figura de la Ilustración española, revolucionario entre comillas, quien consiguió modificar códigos sociales, económicos y políticos en su momento, además de concebir varias disposiciones para la creación de nuevas ciudades y sociedades. Precisamente el objeto de la Fundación Foro Jovellanos, a la cual pertenezco, era ampliar un poco los estudios sobre Don Gaspar y, tras analizar distintos personajes de su ascendencia y descendencia, di con Cienfuegos el año pasado.

“Al revisar unos papeles que me entregó la familia para catalogarlos y ordenarlos, no había casi nada publicado sobre él, salvo una novela escrita por uno de sus parientes (Memorias del artillero José María Cienfuegos Jovellanos (1763-1825), de Francisco de Borja Cienfuegos-Jovellanos). Entonces, atendiendo a su labor, sobre todo en Cuba, comencé a investigar al respecto, proponiendo una especie de apuntes para una biografía”.

Militar de carrera, José María nació en Oviedo el 1ro. de febrero de 1763. Durante su juventud participó en las guerras de los astures contra los ingleses y los franceses, siendo incluso apresado por estos últimos. Sus méritos en estas campañas colgaron sobre sus hombros la Capitanía General de la Isla de Cuba y las dos Floridas, a decisión del rey Fernando VII en 1816.

Ya en La Habana, Cienfuegos promovió, entre otras iniciativas, la colonización de territorios costeros deshabitados para minimizar la incidencia de piratas y corsarios. El mayor hito de esta expansión fue, sin lugar a dudas, el de la región de Jagua. La idea partió de Juan Luis Lorenzo De Clouet, y por su materialización le corresponde el indiscutido mérito de Fundador, sin obviar el importante influjo del entonces Capitán General para con el nuevo asentamiento.

“Existen documentos donde se recogen las providencias para el futuro desarrollo de la Colonia, así como una serie de regulaciones que fueron obra de Cienfuegos, no de Don Luis De Clouet”, defiende en su tesis, Rodríguez de Maribona y Dávila, y así lo confirma Enrique Edo y Llop en su libro Memoria Histórica de Cienfuegos y su jurisdicción:

El entonces Gobierno asumía la distribución gratuita de 100 caballerías de tierra entre cuarenta familias de agricultores, así como los gastos de indemnización por diferentes conceptos y el nombramiento de un sacerdote y un facultativo de medicina y cirugía para la estabilidad espiritual y física de los primeros habitantes. Además, Cienfuegos determinó la entrada libre de impuestos por Jagua de todos los alimentos, útiles e instrumentales de agricultura, industria e incluso esclavos bozales durante cinco años. En el caso de las manufacturas de algodón, lino, seda, lana y el resto de las mercancías de comercio, solo se pagaría, por el mismo tiempo, la mitad de lo establecido en otros puertos de Isla.

Por el cumplimiento de ello, rendiría cuentas De Clouet, quien no dudó en pedir, apenas cuatro años después de colocarse la primera piedra, el rango de Villa para su nueva morada bajo el nombre de su entrañable protector.

“Por cuanto condescendiendo con la súplica que me ha hecho el coronel don Luis De Clouet, Fundador de la Colonia Fernandina de Jagua, (…) he venido en nombrarle Gobernador político y militar de la misma Colonia y su término y en declarar por capital de ella al pueblo situado en el barrio de Cienfuegos, concediéndole el título de Villa de Cienfuegos, (…) para perpetuar en la propia Colonia el apellido del digno Capitán General de dicha Isla, que fué (sic) don José Cienfuegos, ya difunto, Autor y Protector de tan útil establecimiento (…)

Por tanto, es mi voluntad que el citado pueblo desde ahora en adelante se llame o titule Villa de Cienfuegos

Fecha en Aranjuez, a 20 de mayo de 1829.

Yo el Rey

Don Fernando VII por la gracia de Dios, Rey de Castilla”

“Todavía debemos indagar más sobre la figura de José María Cienfuegos, su etapa en Cuba y con respecto a la fundación de la ciudad. Tampoco en Asturias, ni en España en general, existe una tarja o monumentos para homenajearlo. Por desgracia, es poquísimo el reconocimiento a su quehacer. Por supuesto, era una época un tanto conflictiva en España, cambiando entre absolutistas y liberales, adeptos y detractores, y ya después de muerto se hizo un silencio total. Solo la familia ha intentado rescatar su imagen.

“Ellos conocen de la existencia de esta ciudad. De hecho, el actual jefe de la casa, por llamarlo de algún modo, Domingo Cienfuegos-Jovellanos, pretendía visitarla en esta ocasión y no pudo por cuestiones familiares, pues su abuela se encuentra hospitalizada. Esta señora es la viuda del tercer nieto de José María Cienfuegos y así, como parte de una de las líneas directas, Domingo vendría a ser nieto en quinto grado del otrora Capitán General.

“Ahora la Fundación Foro Jovellanos se ha propuesto trabajar más sobre la figura de este hombre, hasta completar una publicación en condiciones. Por eso aún manejo el término de “apuntes, datos para una biografía”, pues definitivamente está incompleta. Es apenas un comienzo, digamos, para un personaje que merece justicia”. (Tomado del Cinco de septiembre)

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