En muchos casos, las calles del cementerio Tomás Acea de Cienfuegos, reciben nombres relacionados con el arbolado que las circunda, como son Los Cedros, Los Álamos, Los Pinos, Las Palmas, Los Eucaliptos y otras varias.
En Cienfuegos a solo 15 kilómetros del centro histórico urbano Patrimonio Cultural de la Humanidad, el Padre Bartolomé de las Casas dejó de ser Encomendero para convertirse en el Protector Universal de los Indios.
El escritor norteamericano Samuel Hazard, autor del libro “Cuba a pluma y lápiz”, visitó Cienfuegos durante la segunda mitad del s. XIX y se hospedó en el Hotel La Unión de esta ciudad.
Gran interés despierta la única fortaleza construida en el centro de la Isla en 1745: Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, conocida como Castillo de Jagua, convertida en guardián de la bahía primero y de la ciudad después.
El cementerio de Reina, (Cienfuegos, 1839), es el único camposanto cubano que conserva el sistema de enterramiento en nichos verticales, semejante al del desaparecido cementerio de Espada (La Habana, s. XIX).
Algunos comparan el edificio central del cementerio Tomás Acea de Cienfuegos, con el Partenón de Atenas por su arquitectura clásica, formada por una galería perimetral soportada por 64 columnas de fuste estriado.