La ciudad de Cienfuegos posee el Paseo del Prado, más extenso del país con sus casi 2 kilómetros y custodiado por su excelente arquitectura, donde sobresalen columnas, galerías o portales continuos.
En los cayos de la bahía de bolsa de Cienfuegos, desde 1540, se establecieron piratas y corsarios, como Jacques de Sores, Francis Drake, John Morgan, Guillermo Bruce, Lorenzo Craff, Jean el Temerario y Gilberto Girón.
Una de las primeras tierras visitadas por el cura español Bartolomé de las Casas en el siglo XVI, fue Cuba, y su lugar específico de asentamiento inicial fue la comarca de Jagua, hoy provincia de Cienfuegos.
La ciudad de Cienfuegos es modelo del urbanismo del siglo XIX, y trasciende por su trazado prefecto y racional en forma de tablero de ajedrez, donde casi todas sus calles y algunas avenidas terminan en el mar.
A partir de una vieja majagua (árbol endémico), el alférez Félix Bouyón Turner trazó la primera manzana de la población de Cienfuegos, que continuó creciendo con semejante trazado recto.
Algunos comparan el edificio central del cementerio Tomás Acea de Cienfuegos, con el Partenón de Atenas por su arquitectura clásica, formada por una galería perimetral soportada por 64 columnas de fuste estriado.